Vamos a dedicarle este post al mejor camarero que hemos tenido en lo que va de viaje, el que más nos ha sonreído y se ha desvivido porque estuviéramos bien (y entendieramos como se comía).

Nuestro camarero favorito, Mandalay, Myanmar
Nuestro camarero favorito, Mandalay, Myanmar

El era un chico, de unos 12 años… Ni que decir tiene que estamos en contra totalmente de la explotación infantil. Pero en este caso, por lo que entendimos, era un negocio familiar y el niño quería ayudar. Solo tenía asignada 1 o 2 mesas, en un sitio grande (y donde tomamos el mejor curry de nuestra vida…).

Esto fue en Mandalay y por desgracia no es el único niño que vimos trabajar… Aunque en un «trabajo» si. El resto estaba vendiendo postales, pulseras o lo que fuera, cerca de los puestos de los padres, a cualquier hora… Nuestro camarero, nos contó que el restaurante abre a las 17, así que suponemos que iba al colegio. Y además, debido a este trabajo, seguro que no tiene problema con el inglés, ya que más o menos se defendía…

Pedimos unos platos que pensábamos que eran pan y un beef curry. Nos empezó a traer cuencos pequeños, cada uno con cosas distintas. Como nos estaba vigilando, cuando nos veía dudar o mirar varias veces un plato, se acercó y cogió nuestro plato y nos lo montó. Después se lo llevó a la cocina, para cortarlo y lo trajo listo. Resulta que había que poner primero el pan, y llenarlo de todo lo que había, beans curry, patatas arroz y varias cosas más, para comer lo luego como un wrap o burrito.

Estuvo riquísimo y el beef/chicken curry que probamos brutal. Para mojar la salsa que nos quedaba, pedimos otro pan (solo) y como no nos entendimos bien, nos preparo otro plato con todo el pan arroz y demás… Así que tuvimos que comernoslo…

La verdad que fue una cena única, en un puesto callejero, donde todo el mundo nos miraba y trataba de ayudar.

Respecto al camarero, nos quedamos con sensaciones encontradas, nos dio pena, pero por otro lado, vimos que hablaba inglés, estaba sonriendo y feliz por ayudarnos y cuando nos fuimos vino a despedirnos y decirnos que volviéramos al día siguiente…

El sitio lo recomendamos 100%, en la esquina de la 82 y 28, un restaurante indio con mucha gente por todos lados. El plato que era el pan, arroz y demás era «chapati»… Comimos por unos 4 euros, muy rico, de verdad.

Ubicación del restaurante en Mandalay, Myanmar
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